¡EL SEÑOR HA RESUCITADO, ALELUYA!
En todos resuena el eco de esa canción tan popular estos últimos años en las celebraciones pascuales:
“Hoy el Señor, resucitó,
y de la muerte nos salvó,
Alegría y paz, hermanos,
Que el Señor, resucitó.”
La alegría que nos transmite ese canto, sin embargo, es la mayoría de las veces efímera. La celebración de la Resurrección del Señor queda restringida, como mucho, a la cincuentena pascual y luego ya nos olvidamos de la trascendencia de semejante acontecimiento.
El Señor resucita, claro está, el día de Pascua, pero resucita cada día en el Misterio de la Eucaristía cuando el sacerdote renueva el misterio pascual. Debemos pedir a Dios más fe para vivir con la misma intensidad que vivimos estos días todo el resto del año, el gozo que experimentamos el Domingo de Resurrección.
La bendición del fuego con el que se encenderá el Cirio Pascual, y la bendición del agua, que precede a la renovación de las promesas del bautismales, hacen de esta celebración una de las más significativas del año. Precisamente ese Cirio y esa agua estarán presentes en los funerales que se celebren a lo largo del año en cada parroquia y enlazan la Vigilia Pascual, que celebra la Resurrección de Cristo, con la resurrección de todos los difuntos.
Vivamos, pues, este tercer trimestre con la alegría y la esperanza que nos dan el, saber que Cristo ha resucitado y que está siempre junto a nosotros, incluso en los momentos más difíciles, cuando más nos cuesta sentirlo. Tengamos el convencimiento de que Dios, siempre se sirve de alguien o de algo para decirnos que nos quiere y que no se olvida de nosotros.
Recordemos también que en cada misa se celebra la Resurrección de Jesús y cantemos (aunque sea por lo bajo) esa canción que tanta alegría nos produce en Pascua.
Y no nos olvidemos de nuestra Madre María, ayer Dolorosa al pie de la Cruz y hoy gozosa al ver a su hijoresucitado. Que ella nos enseñe a estar donde haga falta nuestra ayuda ya que es modelo de entrega y servicio.
¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!
