San Juan Bautista, Patrono de León, nos trae, además de las fiestas de nuestra ciudad, otro gran regalo, las vacaciones de verano, bien merecidas, después de un largo e intenso curso.
Quedan atrás los nervios de los exámenes, los agobios por entregar los trabajos dentro del plazo, las extraescolares, los entrenamientos y competiciones, el conservatorio para algunos, los problemillas con algunos compañeros…
Pero también ha habido momentos buenos. ¡Cuántas veces nos hemos reído en clase con algún profesor!, los viajes y salidas “culturales”, la graduación, las fiestas del colegio, las actividades con compañeros de otros cursos, alguna visita furtiva al misterioso quinto piso….
Es el momento de cambiar de decorado y seguramente de compañías. Muchos iréis al pueblo con vuestras familias o viajaréis a la costa, a la montaña o quizás alguno irá al extranjero.
Otros nos quedaremos por aquí; no pasa nada. Lo importante es cambiar de actividades, descansar, disfrutar de los amigos, aprovechar para hacer actividades que durante el curso no podemos hacer.
La provincia de León es un tesoro que a veces no sabemos apreciar. Tiene una gran diversidad de paisajes, un montón de rutas preciosas, una montaña maravillosa, unos monumentos que no tienen nada que envidiar a los de otros lugares y, además, estamos a un paso del mar por si queremos darnos un chapuzón.
Os invito a saborear cada momento de este verano. A dar gracias a Dios por todo lo que nos regala: la familia, los amigos, la naturaleza.
No os olvidéis de todo lo bueno que habéis aprendido en este curso, compartid con los demás lo que tenéis, sed amables, ayudad a quien lo necesite… todo esto os ayudará a ser cada día más felices pues ese es el objetivo de este verano: SER FELICES Y HACER FELICES A LOS DEMÁS