Por fin se ha ido el 2020 y empezamos un nuevo año lleno de esperanza, porque nosotros, los del VIRGEN BLANCA-FUNDACIÓN EDUCERE somos la esperanza en medio de un mundo lleno de problemas y tristeza.
Es el momento de dejar atrás todo lo malo del 2020 y abrir los brazos para acoger con alegría un nuevo año del que todavía no sabemos lo que nos deparará pero que nosotros intentaremos sea mejor que el anterior.
Es momento de mirar hacia delante con ilusión y de ponernos en marcha para construir un mundo mejor, más humano, más fraterno.
De nosotros depende que los que están a nuestro lado sean un poco más felices, que los que tienen menos se sientan apoyados, que los que están solos se sientan acompañados.
Cuando empezamos el curso en septiembre, lo planteábamos como un viaje en tren y nuestro objetivo general era ENTRÉGATE. Ya hemos pasado las estaciones de la primera evaluación y ahora nos quedan las de la segunda y tercera en las que nos proponemos ser aún más empáticos y solidarios. Es cierto que nosotros solos no podemos cambiar el mundo, pero sí podemos hacer mejor nuestro entorno más inmediato.
Para ello tenemos el ejemplo de Jesús que camina siempre a nuestro lado y que nos enseña cómo debemos actuar en clave evangélica para ser “Buena Noticia”.
Que nuestros buenos propósitos de año nuevo, vayan dirigidos a dejar un mundo mejor que el que nos hemos encontrado.
Que nuestro compromiso para el 2021 sea llevar ALEGRÍA, PAZ, SOLIDARIDAD, JUSTICIA y sobre todo ESPERANZA.
¡FELIZ AÑO NUEVO!